La inteligencia artificial ya no es terreno exclusivo de grandes empresas tecnológicas. Hoy está al alcance de cualquier pyme, ofreciendo soluciones para ahorrar tiempo, mejorar la productividad y tomar decisiones más informadas. Sin embargo, junto a estas oportunidades surge un temor muy común: ¿puede la IA acabar sustituyendo el trabajo humano?
La clave está en entender que la IA no tiene por qué ser una amenaza, sino una aliada estratégica. Utilizada con criterio, puede liberar a los pequeños negocios de tareas repetitivas y abrir espacio para lo realmente importante: la creatividad, el trato humano y la construcción de relaciones sólidas con los clientes.
