Dicen que tener muchos seguidores en redes sociales es el sueño de cualquier marca… hasta que descubren que esos miles de usuarios no hablan, no comentan y no interactúan. Entonces llega el momento incómodo de asumir que la cifra impresiona, sí, pero no sirve de mucho si la audiencia se comporta como un grupo de turistas que solo pasan de largo sin mirar el escaparate.
En realidad, el verdadero valor está en construir una comunidad: personas que participan, conversan y sienten afinidad con lo que representas. Convertir seguidores en una comunidad activa exige estrategia, constancia y una intención clara de crear espacios donde la gente quiera quedarse. Y es ahí donde empieza la diferencia entre crecer en número y crecer de verdad. ¿Seguimos con el siguiente bloque?

